¿Debería haber códigos de conducta de la industria en micro-movilidad?

Should there be Industry Codes of Conduct in Micro-Mobility?

Si alguna vez ha trabajado dentro de una industria, probablemente todos los que leen esto lo hayan hecho, es posible que haya oído hablar de algo llamado códigos de conducta de la industria (a veces llamados códigos de práctica de la industria). Si no lo ha hecho, no se preocupe, es algo que a menudo se considera una discusión aburrida entre estrategas de negocios, gobiernos e intelectuales. Pero, los códigos de conducta pueden ser muy importantes para el buen funcionamiento de las empresas que operan dentro de un determinado sector.

La idea fundamental es crear un conjunto de reglas y medidas aplicables que, sobre todo, tengan como objetivo regular la conducta de la industria. A veces, estas son reglas formales que están codificadas por ley, como el Código de Protección al Consumidor de Telecomunicaciones de Australia. Por lo general, están en su lugar para proteger a los consumidores o porque una industria o un pequeño grupo de empresas rompieron las reglas tan mal que el gobierno decidió que tenía que intervenir para crear otras nuevas. Por otro lado, a veces hay códigos de conducta voluntarios de la industria, estos tienden a ser mucho más flexibles y populares que los códigos obligatorios. Solo los miembros de una industria o profesión que han acordado un conjunto de reglas están obligados por ella, como la participación en la Autoridad Reguladora de la Industria Financiera (FINRA) que ayuda a limitar las caídas del mercado por los efectos comerciales de alta frecuencia en los mercados bursátiles de EE. UU.

Entonces, ahora que sabemos qué son los códigos de conducta y las diferencias entre los tipos voluntarios y obligatorios, la pregunta es … ¿Debería haber un código de conducta en la industria de micro-movilidad de rápido crecimiento?

La respuesta corta es sí, definitivamente. Algunos preguntarían ¿por qué las compañías estarían de acuerdo en ir más allá de la ley (regulaciones gubernamentales), especialmente porque pueden estar dejando dinero sobre la mesa al hacerlo? Una explicación común para esto es la responsabilidad social corporativa (CSR), o que las empresas pueden proyectar una licencia social para operar y dar una imagen favorable a los consumidores y empleados. En otras palabras, las empresas pueden tratar de demostrar que están asumiendo la responsabilidad ante los ciudadanos, los grupos de activistas y los políticos al intentar resolver el problema por su cuenta, sin darse cuenta al dominio público de que la inversión en regulación es un desperdicio de dinero que podría usarse en otra parte.

No debería tomar más que una búsqueda rápida en línea para ver las quejas, los elogios y las discusiones contenciosas sobre micro-movilidad. Desde las empresas que afirman que han resuelto el problema de la “última milla” dentro de los centros urbanos hasta las personas que empujan los e-scooters porque los ven como basura, existe una amplia gama de sentimientos hacia este sector. La industria se encuentra en su fase inicial de negocios, donde existe un gran mercado de consumidores potenciales, sin operadores establecidos, bajos costos de entrada y poca o ninguna regulación actual. Esta es una receta para la confusión y la ira, y algunos municipios han decidido recientemente comenzar a prohibir o regular en gran medida el número de empresas de micro-movilidad que operan dentro de sus límites. Algunos de los problemas que surgen de las empresas de micro-movilidad podrían resolverse si decidieran crear un código de conducta de la industria que todos pudieran cumplir y aliviar la presión ejercida sobre las ciudades.

Entonces, ¿cómo sería un código de conducta de la industria? Esto dependería de si los diferentes operadores de micro-movilidad deciden trabajar juntos para autorregularse o si esperan que los gobiernos lo hagan. Sin embargo, hay iniciativas voluntarias que comienzan a surgir, la Open Mobility Foundation, con sede en los Estados Unidos en este momento, es una iniciativa que busca reunir a ciudades y empresas de movilidad, formuladores de políticas y conocimientos técnicos para compartir datos e integrarse con las metas de la movilidad pública. Otros ejemplos son de las propias empresas de micro-movilidad, consulta el Código de conducta de Donkey Republic, que está comenzando a crear sus propios códigos de conducta al unísono con las ciudades en las que operan.

¿Cuáles son algunos de los beneficios que podría traer un código de conducta de la industria de Micro-movilidad?

La creación y la aplicación propia de prácticas industriales apropiadas formuladas por empresas y aceptadas por los gobiernos. La flexibilidad de un código de la industria permitiría a las empresas responder a los problemas recurrentes del mercado y adaptarse a las necesidades cambiantes de los consumidores según la ubicación. Una alternativa favorable a los negocios a la legislación que puede resultar en costos reducidos para la industria y el gobierno. Recopilación de una gran cantidad de datos, que podrían usarse para mejorar las opciones de movilidad pública en ciudades de todo el mundo. Establecer salvaguardas y protección para los consumidores en toda la industria. La creación de nuevas discusiones públicas dentro de la industria, los consumidores, los gobiernos y la academia.

En Hellotracks, creemos que existe una oportunidad real para que la industria de la micro-movilidad cree un código de conducta industrial sólido. Los beneficios podrían ser beneficiosos para todas las partes, incluidos los gobiernos locales, los consumidores y las propias empresas de micro-movilidad. Hellotracks es un software desarrollado diseñado para administrar a los empleados de campo, sus vehículos y los activos con los que están trabajando. A este respecto, podemos aportar una comprensión fundamental de los datos y proporcionar los conocimientos técnicos que necesitaría un código de conducta de micro-movilidad. Traemos un ángulo diferente en el sector y esa perspectiva es importante para todos los operadores, incluidas las empresas de micro-movilidad, los gobiernos y los consumidores.

Los beneficios podrían ser para todas las partes, incluidos los gobiernos locales, los consumidores y las propias empresas de micro-movilidad.